Estas son algunas estadísticas que muestran que con el paso de los años aumentan las drogas al volante:
- En 2008 un 10 por ciento del total de fallecidos en carretera estaban bajo los efectos de las drogas.
-En 2011 ya integraban un 15,1 por ciento del total.
- En 2012 un 56 por ciento que fue sometido a un control de drogas dio positivo.
Estos datos son algo antiguos pero lo mismo está ocurriendo en la actualidad ya que uno de cada cinco conductores están bajo los efectos de las drogas. La razón principal como bien dije antes, es que mientras los controles de alcoholemia ya forman parte de la rutina de los agentes los test de drogas por razones económicas siguen siendo minoritarios.
La letal combinación drogas-conducción es un tema muy complicado de tratar. Por una parte: el test sólo determina el tipo de sustancia consumida, no la cantidad como en el alcohol: Os parece justo que se sancione de la misma forma a una persona que ha consumido el doble que otra? .
Por otra parte, estandarizar los controles de drogas suponen un gasto que el Estado no puede, o no le interesa asumir. Además el test da positivo ante el consumo de algunos fármacos.
La ley de Seguridad Vial, considera como infracciones muy graves consumir bajo el efecto de las drogas o negarse a someterse al control. En caso de positivo, el coche debe ser inmovilizado a no ser que algún acompañante, que también debe someterse al test esté en condiciones de conducir.
Ahora bien, si el conductor también ha puesto en peligro la seguridad de otros conductores o los agentes detectan una sintomatología evidente, ya se trata de un delito contra el tráfico. Así el caso pasaría a disposición judicial y la pena podría ser de 6 meses a 1 año de cárcel. Además la retirada del carnet podría ser de un tiempo mínimo de un año o un máximo de cuatro.
Si un test da positivo inicialmente, el conductor está obligado a someterse a una segunda prueba, más exhaustiva para ser constatada en un laboratorio homologado.
Hay varios dispositivos diferentes pero normalmente los test detectan drogas como el cannabis, la cocaína, el speed, la metanfetamina, opiáceos, el LSD o las Benzadiocepinas. Ninguna de estas drogas es apta para la conducción pero todas tienen distintos efectos en el conductor que van desde somnolencia hasta excitación y alteraciones en la percepción del entorno.
En el ámbito legal todos los estupefacientes son tratados de igual forma pero se cree que la droga más peligrosa es la cocaína ya que baja el nivel del riesgo, provoca una conducción más agresiva, disminuye la percepción y también la concentración al volante. Esta droga se incluye entre una de las más peligrosas con el problema añadido de que es la más consumida en España, junto con el cannabis. Eso si, hablando de drogas en general se cree que el alcohol es la más peligrosa.
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