Crack, Dama blanca, nieve, talco...Tiene muchas denominaciones, pero todas ellas se refieren a una única sustancia: la cocaína.
Son muchos los efectos perjudiciales que presenta para la salud, lo cual es algo evidente que todos sabemos. Pero ¿cómo afecta en el sistema nervioso para producir ese estado de euforia que incita a ser consumida? En esta entrada vamos a analizar sobre que neurotransmisores actúa y cómo lo hace.
Empezamos recordando que el cerebro actúa como un centro de comunicaciones. Cada célula nerviosa envía y recibe señales en forma de impulsos eléctricos. Después de que una célula haya recibido uno de estos impulsos, y por tanto haya procesado un mensaje, se lo envía a otras neuronas mediante neurotransmisores.
El neurotransmisor va a cruzar el espacio que existe entre neurona y neurona (espacio sináptico) y, posteriormente se adhiere a las proteínas (receptores) que están presentes en la neurona que recibe el mensaje (neurona postsináptica). De esta forma el impulso eléctrico, o mensaje, podrá continuar su camino.
Mecanismo de acción de la cocaína. La cocaína bloquea el proceso de reciclaje provocando una acumulación de dopamina. |
Pero, ¿que pasa con los neurotransmisores?
Una vez que hayan salido al espacio sináptico y cumplieran su función uniéndose a los receptores de la neurona postsináptica, van a volver a la neurona que los ha enviado (neurona presináptica) para ser reabsorbidos (proceso de reciclaje).
Ahora bien, la cocaína es una droga que puede puede bloquear este reciclaje, acumulando de esta forma grandes cantidades de neurotransmisores en el espacio sináptico. Es decir, la cocaína va a estimular la acumulación de catecolaminas (que son un tipo de neurotransmisores) en el cerebro mediante el bloqueo de los receptores que recaptan la dopamina, la noradrenalina y la serotonina. De esta forma se va a ver alterado el proceso de reciclaje que presentan las neuronas para regular la actividad eléctrica.
Pero así como el cuerpo humano en general, el cerebro no deja de sorprendernos. Va a ser capaz de ajustarse a estas oleadas de catecolaminas produciendo menos dopamina o disminuyendo el número de receptores que pueden recibir y transmitir señales. Pero esto va a tener repercusiones en el estado emocional.
El impacto de dopamina sobre el circuito de gratificacion del cerebro de una persona que abusa de drogas se puede volver muy limitado y puede disminuir su habilidad para sentir cualquier placer. Y solamente se conseguirá lograr que la función de la dopamina regrese a estado normal si la persona sigue consumiendo coca. Es más, necesita tomar cantidades más grandes de la droga de lo que antes consumía para crear la euforia de la dopamina. En este punto el consumo se convertiría en una adicción.
A continuación os dejo un vídeo ilustrativo para entender mejor todo el proceso.
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