sábado, 13 de decembro de 2014

Éter


En la entrada de hoy vamos a introducirnos en una sustancia que fue durante muchos años utilizada como anestésico, pero que actualmente su uso terapéutico está prohibido debido al potencial altamente inflamable que presentaba. Se trata del éter.

A día de hoy, es bastante común utilizarlo en los laboratorios como disolvente. Pero también es cierto, que lo usan muchos jóvenes como sustancia excitante. Se dice que produce efectos similares al alcohol, pero más intensos.

Si queréis obtener más información sobre el origen de esta sustancia seguid leyendo. Y en posteriores entradas hablaremos sobre los efectos que se producen tras su consumición. 



Fue sintetizado por primera vez en el siglo XIV por Valerio Cordus, farmacéutico, médico y bótanico alemán. Lo llamó aceite dulce de vitriolo (oleum dulci vitrioli) ya que de aquellas el ácido sulfúrico era conocido como aceite de vitriolo. 

En un principio fue utilizado como disolvente, pero en años posteriores Valerio Cordus descubrió algunas de sus propiedades medicinales, sobre todo como anestésico. De hecho, sustituyó al cloroformo, ya que era menos tóxico y presentaba un nivel de inconsciencia mayor. Sin embargo, el uso de ambas sustancias, como ya dijimos al principio,  están prohibidas en la actualidad. 

La denominación "éter" fue dada en 1730 por August  Sigmund Frobenius, un químico de Londres que, además, dio la primera descripción detallada sobre las propiedades de esta sustancia.

A mediados del siglo XIX, empezó a difundirse como excitante por diferentes países de Europa. La forma más común de consumición es humedeciendo un pañuelo e inhalando los vapores que desprende. Esto es así porque el éter es un líquido volátil, es decir, con tendencia a evaporarse fácilmente. Requiere entre 12 y 24 gotas (disueltas en algún líquido) para empezar a ejercer su efecto. Aunque también es cierto, que no existen datos concluyentes con respecto a la dosis letal, por lo que se debe tener cuidado a la hora de emplear esta sustancia.

Por último, el éter produce tolerancia. Es necesario ir aumentando las dosis para poder obtener el mismo efecto que la primera vez. Además, puede llegar a ser adictivo si se toma frecuentemente durante mes y medio.

Más información: http://ecuadorcannabico.org/wp-content/uploads/2013/05/Antonio+Escohotado+-+Aprendiendo+de+las+drogas.pdf

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