xoves, 4 de decembro de 2014

Experiencias con el peyote

El uso de plantas alucinógenas ha sido frecuente en muchas culturas de todo el mundo. Eran, y son utilizadas como vehículo hacia una mejor y mayor percepción del entorno y de propio individuo. Además de su uso en rituales de espiritualidad, el peyote ha sido también usado como planta medicinal por muchas tribus y poblaciones diferentes para tratar patologías como la artritis o diabetes. Incluso es utilizado contra mordeduras de serpiente y picaduras de escorpión.

Pero hoy vamos a centrarnos en qué efectos produce sobre la mente para causar esa sensación de bienestar que nos comentan sus consumidores.

Para ello, os voy a dejar fragmentos de texto de personas que decidieron probar el peyote, y que posteriormente han decidido compartir su experiencia con el resto del mundo.


El primer párrafo corresponde a un farmacólogo, Ludwig Lewin, que estudió los alcaloides del peyote:


"No hay en el mundo una planta que provoque en el cerebro modificaciones funcionales tan prodigiosas. Aunque las procure solamente bajo la forma de fantasmas sensoriales, o  por la concentración de la más pura vida interior, esto acontece bajo formas tan particulares, tan insospechadas, que quien es su objeto se siente transportado a un mundo nuevo de sensibilidad e inteligencia. Comprendemos que el viejo indio de México haya isto en esta planta la encarnación vegetal de una divinidad" 

Fuente: Urbina, Manuel. El peyote y el ololihuqui. Espacios. No 20. México 1996.


A continuación, os dejo un fragmento del libro Plantas de los Dioses, escrito Schultes y Hoffman. En él nos narran los espectaculares efectos que produce el peyote:

"Se perciben destellos y centelleos de colores, cuya intensidad y pureza desafían cualquier descripción. Frecuentemente las visiones llevan a una secuencia que va de figuras geométricas a objetos extraños y grotescos, cuyas características varían de un individuo a otro" 

Fuente: Schultes, Richard E. y Hofmann, A. Plantas de los Dioses. Orígenes del uso de los alucinógenos. FCE, México 1993.



Por último, os dejo una parte de un texto redactado por una chica que ha decidido contarnos su experiencia a través de su blog:

"Descalza me fui allí, con una confianza absoluta de que nada malo me podía pasar, ni siquiera notaba las piedras del camino. Mientras caminaba recuerdo otro mensaje que escribí como borrador: para que soñar una vida pudiendo vivir un sueño [...] Cuando llegué allí tuve mi primera experiencia visual, vi cuatro serpientes de colores vibrantes moviéndose situadas en cuadrado y me llevé un pequeño susto. Al instante vi que eran piedras y noté como empezaba a desplazarme entre ese límite de lo real y lo irreal, era como estar en medio y pasar del plano físico al plano astral." 



Ningún comentario:

Publicar un comentario